jueves, 26 de febrero de 2009

Un día

Un día quise pedirle a mi madre que me arrancara el corazón y lo cocinara como sopa de tomate.
No teníamos nada para llevarnos a la boca.
Habría solucionado dos cosas:
el hambre de mis hermanos
y esta sed de sentirme amado,
aunque sea,
un poco querido
.

No hay comentarios: